“Yo a cine voy es a llorar, así sea una comedia, lloro de la risa. Es una manera de hacer una catarsis; cada vez que tú lees un libro estás de alguna manera buscando cosas para poder sacar toda tu alegría o tus angustias, lo mismo pasa cuando vas al cine, desahogas el espíritu”, dijo Beatriz Vanegas, docente CRAI y autora del libro “Llorar en el cine”.
“Llorar en el cine” es un libro que se compone de dos capítulos. El primero se titula “Privilegios”, en esta parte la autora hace un caleidoscopio del mundo del silencio, del mundo de los sordos, del mundo de las personas que van perdiendo el sentido de la audición, pero que desarrollan otros sentidos maravillosos. El mundo del silencio y el mundo de los sordos desde una mirada que resalta el privilegio de pertenecer a uno o al otro.
El segundo capítulo se llama “Llorar en el cine”, un homenaje a algunas películas que han marcado la vida de la autora y, por supuesto, a la memoria de su madre, quien falleció hace ya un año.
“Es un homenaje a mi madre que fue taquillera de teatro. Antes en los pueblos más apartados había cines, cuando no había televisión o solo unos cuantos podían tener el aparato, todo el mundo iba a cine. Mi mamá era la taquillera del teatro Diana, en Majagual, Sucre, y yo era la hija de la taquillera, lo que representaba entradas gratis. Entonces es un homenaje a ella, a toda esa formación cinematográfica. Muchos autores hablan de la formación que tuvieron con la gran biblioteca de sus padres, no yo, no, yo hablo de la gran videoteca, porque me la pasé viendo películas”, palabras de Beatriz Vanegas, docente CRAI y autora de “Llorar en el cine”.
En el transcurso de la actividad, Beatriz Vanegas quiso compartir con los presentes sobre su inspiración, las razones que la motivaron a escribir y cómo la magia del cine contagió su vida y terminó con una bella obra literaria.
"Siempre he creído que el cine es otra forma de contar la vida como lo hacen los libros... hubo una película que fue el detonante, se llama “Cinema paradiso”. Es una película italiana que cuenta la historia de cómo se fueron acabando los teatros en los pueblos, cómo todo giraba alrededor de las películas y sus temáticas, el amor, la tristeza, la injusticia. Cuando vi la película yo me dije: –tengo que escribir alguna vez algo sobre Cinema paradiso, pero no me salió un ensayo, no me salió un cuento, me salió un poema, y después fui escribiendo sobre las películas que fueron marcando huella, marcas que uno tiene en el alma, que luego cuando tienes la oportunidad de trabajar con el idioma, el lenguaje, fluyen", mencionó la autora.
Para finalizar, la autora quiso extender una calurosa invitación dirigida a toda la comunidad Tomasina, para que adquieran el hábito de la lectura, como un primer paso que los forme para la escritura “Para llegar a escribir hay que ser primero un lector, leer a los grandes autores, para que una vez emprendamos la labor de escribir ya nos hayamos formado como observadores de la vida, entendamos que muchas cosas ya han sido escritas y que tal vez lo que escribamos no sea del todo nuevo, pero que sí aportará una nueva mirada”.